Existen unas piedras que por sus propiedades y efectos en el cuerpo y el campo energéticos de las personas, podrían considerarse piedras muy poderosas, tres de ellas son:
MALAQUITA
Sus principales atributos son: relajar y expandir el centro del corazón. Calmar las emociones. Incrementar la conciencia positiva. Relajar los músculos y el cuerpo. Aumentar la capacidad de amar. Refuerza los ojos. Ayuda a dormir. Equilibra cerebro. Excelente para aliviar dolores.
Un trozo de malaquita se usa para detectar el peligro inminente. Dicen las leyendas que esta piedra, igual que muchas otras, se hace añicos para advertir a quien la lleva del peligro venidero. Utilizada en el antiguo Egipto contra dolencias oculares, visión psíquica, canalización de energías desde lo invisible a lo visible y para manifestar, la malaquita es una de las gemas sanadoras más antiguas. En Grecia, Roma y Egipto se usaba en forma de amuleto como una protección de la negatividad y el “mal de ojo”, sobre todo para los niños, una protección contra el rayo y las pesadillas, y se llevaba encima para impedir los vómitos.
Si se usa un collar de malaquita que le toque la piel cerca del corazón expande su capacidad de amar y, en consecuencia, atrae el amor hacia quién la lleve. La malaquita se puede utilizar para inspirar confianza, aliviar la añoranza y consolar el desamor, otros usos de centro del corazón, así como para fomentar la intuición y la fidelidad en el amor.
Su color verde es relajante. Mirar fijamente una malaquita o sostenerla en la mano receptiva (la izquierda para diestros) relaja el sistema nervioso y calma las emociones tormentosas. La malaquita estimula la tranquilidad y garantiza el sueño si se la usa en la cama. Si se la sostiene, disipa la depresión.
En cuanto a la sanación física, la malaquita es un purificador del sistema digestivo, empleada para la vesícula biliar, el hígado, el páncreas y el bazo. Estimulante y calmante a la vez, equilibra el azúcar en la sangre y los niveles de bilis. Es una piedra para la nutrición del plexo solar y el flujo del chakra de corazón, aumenta la cantidad de leche materna, equilibra los ciclos menstruales irregulares y se usa contra el asma, los cólicos, la epilepsia, los dolores articulares, el reumatismo y los espasmos en el estómago, los músculos y el corazón. La malaquita purifica la sangre contra venenos y toxinas, regula la presión sanguínea y alivia los dolores de muelas. En cuanto a sus atributos correspondientes al chakra del corazón, regenera el corazón físico y emocionalmente, así como los nervios y los tejidos corporales, suaviza, calma y cura las heridas.
La malaquita es un espejo psíquico, comparable a la obsidiana, y hace que se manifiesten sentimientos y problemas ocultos para examinarlos conscientemente. Levanta los bloqueos para conocer y elaborar los datos de ese conocimiento.
Aunque es una piedra suave, también es potente, y debo advertir que es preciso respetar su fuerza. La energía de la malaquita es equilibradora y apacible, pero enfrentarse a emociones reprimidas no siempre es fácil, aunque a menudo sea necesario para el bienestar de una persona. El discernimiento obtenido gracias al uso de la malaquita es un catalizador del cambio, magnifica los estados de ánimo, tanto positivos como negativos, y es necesario que uno sea consciente de un estado anímico cuando se usa. La piedra es especialmente beneficiosa para personas muy mentales, pero que tienden a bloquear los sentimientos o a perder el contacto con ellos. Los sentimientos que surgen con el empleo de la malaquita proceden de lo más profundo.
También, se la considera una piedra para reparar, curar y reforzar el aura en todos los niveles invisibles, y como un puente entre el yo de la mujer y sus guías espirituales. La malaquita ayuda a la mente racional e intuitiva, ofrece comprensión emocional y fuerza interior, conecta la mente con los sentimientos y éstos con la inspiración y la intuición. Lo invisible se vuelve visible con la malaquita y desea manifestarse. La malaquita hallada en combinación con la crisocola, es la piedra israelí de Eilat, una piedra de armonía y paz. En combinación con la azurita es un potente relajador y regenerador.
JADE
El jade es una piedra semipreciosa que ha sido utilizada en las culturas asiáticas como herramienta para la curación espiritual y el trabajo con la energía. Tiene una variedad de colores, aunque la mayoría de las personas lo asocia con el verde, su tono más común. A través del jade se busca el equilibrio de los chacras, la meditación, la sanidad psíquica y otras variantes de la medicina oriental.
Esta gema ha sido históricamente símbolo de nobleza y perfección. Es una piedra que orienta al equilibrio y permite buscar la paz interior. Su energía es un excelente estimulante de los estados armónicos, por lo que se le usa con frecuencia para concentrarse y meditar.
Se dice que la pureza del jade ejerce en quien lo usa una influencia positiva que los protege de cualquier hostilidad. Un trozo de jade debajo de la almohada relaja y favorece el dormir, así como los sueños vívidos. También ayuda a recordar los sueños que se han tenido.
El jade verde se asocia con los chacras del corazón y favorece las relaciones humanas. Según la tradición, al abrirse dichos chacras la persona se permite ser más amorosa y perdonar a sus semejantes. Al parecer el amarillo se relaciona con los recursos sexuales y facilita la interconexión y plenitud entre las parejas.
Algunos jades verdes ayudan al desarrollo emocional, por lo que alivian los miedos y fobias. El blanco por su parte serena y promueve una manera ecuánime de tomar decisiones. En este proceso se reducen sentimientos como la ira y el dolor que nacen de una tensión interior. Por otro lado, combate los estados depresivos.
Otros beneficios que el uso de esta gema ofrece son los relacionados con el sistema inmunológico. La calma que ofrece aligera los sistemas respiratorios y circulatorios. Se cree que tiene propiedades curativas para los riñones y en los ojos. Muchas personas usan el jade en sus casas como esculturas o adornos múltiples, lo que favorece el Feng Shui y la energía positiva en todos los aspectos de la vida.
AMATISTA
Una de las piedras más utilizadas en joyería debido a su abundancia es la amatista. En lo que respecta a gemoterapia, esta piedra también implica numerosos usos, y sus beneficios son bien conocidos por los practicantes de esta terapia alternativa.
La amatista es una piedra asociada naturalmente con el equilibrio. Su presencia sirve de balance entre fuerzas opuestas y disonancias anímicas. Cuando está presente en un ambiente particular es capaz de contrarrestar los malos ánimos y recuperar la armonía original presente en él.
Simboliza valores como la pureza y la justicia, y también se la asocia al poder. Desde su utilización enalquimia estos valores han sido asociada a ella, y desde allí se sostenía que la piedra es capaz de transformar la energía negativa en energía positiva.
Por esto último su aplicación en gemoterapia es de gran ayuda. Personas con desequilibrios emocionales, represiones y angustias pueden cambiar su realidad emocional, escapar al pozo depresivo y liberar la energía positiva presente en ellos.
En términos de accionar fisiológico, la amatista es una piedra que se usa para tratar desórdenes digestivos, inestabilidad mental, problemas sanguíneos y circulatorios en general y problemas de la piel.