Para efectos curativos, las piedras pueden utilizarse de muchas maneras:
1. Colocar diferentes piedras en el cuerpo, sobre los chakras correspondientes:
Al primer chakra, vertebral y primario, corresponden piedras rojas como el rubí, el granate, coral o el jaspe rojo.
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En el segundo chakra se pondrán piedras anaranjadas como el ópalo de fuego, la cornalina o el jaspe anaranjado.
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El tercer chakra -sobre el plexo solar- pide piedras amarillas como el ambar, citrino, topacio
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El cuarto, el del corazón, es armonía y creatividad y requiere piedras verdes o rosas (turmalina, malaquita, cuarzo rosa, aventurina, esmeralda o jade).
Encima del quinto chakra -sobre la garganta- se deben poner piedras azules como el zafiro, el lapislázuli, el topacio o la sodalita, la turquesa.
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El tercer ojo -el sexto chakra- guarda afinidad con el índigo y se potencia con la proximidad de la azurita o el zafiro oscuro
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Sobre la coronilla, cerca del chakra superior, deben ponerse piedras violetas, blancas, doradas como la amatista o la fluorita, citrino bitermina, cristal de roca, jaspe blanco
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2. Las piedras también pueden usarse pulverizadas, en preparados homeopáticos, elixires.
3. También se puede hacer un uso pasivo de ellos, colocándolos en lugares estratégicos del hogar o lugar del trabajo para que propaguen sus energías benéficas.